sábado, 20 de junio de 2009

Cordones

Sin destino
salí a caminar
tranquilamente desesperada,
a tomar aire fresco.

Me topé con esos personajes
que tienen tres colores
y me dicen si cruzar o no.

Me metí en un tumulto de gente
pensando poder encontrar algo interesante,
lo cual no sucedió.

La brisa acariciaba bruscamente mi cara,
y cada tanto me hacía cosquillas.
El sol estaba jugando a las escondidas,
y la sombra fue justamente mi soledad.

Vi una plaza a lo lejos
y pensé rápidamente volar hacia ahí.
Me tentaba saber que podría encontrar.

Iba en camino, cuando tropecé.
Miré hacia abajo,
pude ver que mis cordones no estaban en su lugar.
Maldecí haberlos comprado.
Los até bien fuerte para prevenir un nuevo tropezón.

Cuando me pongo de pie,
un bruto alocado me lleva puesta,
fue ahí cuando lo miré
fríamente para que se diera cuenta
de lo que había hecho.

El tipo pidiendo disculpas,
las cuales no servirían de nada,
porque su mirada me impactó.


(...)
Me invitó un café,
en un barcito a la vuelta de la plaza.

A la noche llegué a mi casa,
agradecí a los cordones
y pensé en que no visité la plaza,
eso sería una buena excusa para encontrarlo nuevamente.

jueves, 11 de junio de 2009

Untitled 7

Relatos propios los que he callado,
aungustia, pena, ira
me invaden...

Es que escucho esa canción
tu foto
mi mente...
Todo es trascendente..

Quiero mirarte desde lejos,
pero mis raíces todavía
pertenecen a la tierra.

No quiero ser tu ángel,
porque no deseo protegerte,
te mereces todo lo mal que pueda existir...

Aún así rezo para lograr algo,
que jamás se hará realidad...
Pero son relatos que callaré...

Áquel

Leyendo un libro, te encontré otra vez,
aquí ya estabas distinto.
Aparentemente me gustabas más,
entre palabras aparecieron tus labios
los cuales visité miles de veces
y donde me encantaba descansar...

Me quedé dormida,
soñé con vos,
de repente todo se convirtió en pesadilla.
Esa imagen quedó en mi mente
como un portaretrato en la pared,
el cual jamás se irá...

Fuiste la palabra más bonita
que pude decir,
la mirada para volar,
tus manos para no caer.

Lamentablemente ese cuento
no tiene final feliz,
es la realidad.

................

Dejé la luz prendida para que no te cayeras al llegar,
pero jamás viniste...
Mi tristeza aumentó
y la espera se derramó
como un vaso vacío...